Si percibimos una situación como de crisis, ésta no surge tanto de las características objetivas de la situación, sino principalmente de nuestra propia percepción y evaluación de la situación. En ello, nos dejamos llevar particularmente por el primer sentimiento, el de la desesperanza, como de estar perdidos y sin salida. Luego nos embarga un sentimiento como de tener que hacer algo, pero nuestra desesperación nos deja sin fuerza, solidifica nuestro miedo y caemos rendidos en brazos del pánico. ¿Alguna vez tuviste el sentimiento de estar sin salida?